domingo, 8 de mayo de 2011

Se repite la historia.

Hoy sí, voy a escribir, quiero pensar que lo hago por expresarme, o por simple aburrimiento, pero es evidente que sé que algo está pasando, se repite la historia.
Y es que nunca puedes rechazar algo para toda la vida, ni decir que has olvidado cuando en el fondo sabes que nunca podrás olvidar esos recuerdos, de los que no hay nada que sacar, pero para ti lo fueron todo el aquel momento. Y a veces te acuerdas de unas lágrimas de aquella noche de domingo frío, oscuro, cuando llamas a una de las personas que más importantes para decirle como te sientes, en ese momento no se ve salida por ningún sitio, para contarle lo que acababa de pasar, el peor de augurios, lo que más se sospechaba, delante de mis narices... Pero con el tiempo, lo vas asimilando, te haces a la idea, lo ves como algo más de la rutina, ahí está, no puedes hacer nada, así que no intentes entorpecerlo. Miras hacia atrás, y encuentras o imaginas que quizás lo mejor ya había pasado anteriormente, y que si quería lo mejor tenía que retroceder al principio de mi historia, pero no. Hay cosas, personas, situaciones, que no son para mí... Y es entonces, cuando lo has superado todo, cuando crees que ya nada ni nadie podrá hacerte pensar en otra cosa que no seas tú, tu futuro, tu vida, entonces te enteras de que lo que un día sacó unas lagrimas sin sentido, se está desvaneciendo... Y es entonces cuando se repite la historia.

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